El bar del oro

CERRADO POR CESE DEL NEGOCIO.

martes, agosto 30, 2005

DaMiA y La LuNa De VeRaNo...

Ya faltaba poco para que comenzara el nuevo curso. Damia, triste, tuvo que abandonar sus pequeñas vacaciones en su humilde pueblo y volver a la vida normal en la Residencia. En su estancia en el pueblo Damia habló de todas las maravillosas historias que le sucedieron en la Residencia a su hermano. Lo notó algo cambiado, pero Damia supuso que la distancia lo había cambiado un poco todo. Charlos quedó entusiasmado con todo lo que le explicaba Damia. Siempre deseó poder ir a estudiar a la ciudad y conocer gente, pero los hombres no estudian y se quedan en el pueblo para defenderlo y cuidarlo.
Volviendo al transcurso de la historia, Damia volvió a la Residencia y con lo primero que se encontró fue con su amiga Tarky. Se dieron un fuerte abrazo y, Damia, toda expectante, le preguntó donde estaba su chico de ojos verdes. Tarky se quedó muy parada y solo supo decirle estas palabras:
-Damia, tu chico de ojos verdes ha conocido a otra chica. Se ha enamorado de ella y solo está pendiente de ella. A veces le preguntaba por ti, si te escribia o algo, pero solo decía que eras una chica muy especial. Lo siento, Damia...
-No pasa nada, Tarky...Lo supuse desde el día en que me fui al pueblo. Ya no me miraba con los mismos ojos. Su verde esperanzador se había convertido en el negro de la penuria. Pero tranquila Tarky; sabes que no es ni la primera ni la última que me va a suceder...Solo que esta vez era algo muy bonito...Voy hacía la habitación, a ver si veo a las demás.
Cuando llegó a la habitación estaban todas sus amigas. Le contaron a Damia todas las historias que les había sucedido aquellas semanas. Damia quedó perpleja al ver que podían suceder tantas cosas en tan poco tiempo...Pero ella seguía pensando en su chico de ojos verdes y el porqué de tal abandono...
Al apagarse las luces de la Residencia, Damia decidió asomarse al balcón. Alzó la mirada hacia la Luna y, sin pensarlo dos veces, decidió echarse a llorar.
No lograba encontrar explicación a todo aquel sufrimiento. No lograba entender porque todo el mundo era feliz con su vida menos ella. En ese mismo momento, oyó un grito que provenía de la puerta de la residencia:
-¡Ei! ¿Porqué lloras? ¿Quieres bajar y me lo cuentas? Hace tiempo que no nos veíamos, Damia.
Era un chico que Damia conoció en unas actividades extraescolares. Se llamaba Sherak y también vino de un pueblo cercano al de Damia. Hablaba la misma lengua y conectaron perfectamente. En algunas ocasiones, quedaban para ir a dar una vuelta y hablar de sus cosas.
Siguiendo con la historia, Damia bajó para encontrarse con Sherak. Le comenzó a explicar su historia con el chico de los ojos verdes y de su estado de ánimo a causa del tema. Lo único que hizo Sherak fue abrazarla y decirle:
-No te preocupes, Damia. En esta vida nunca se sabe lo que puede pasar. Puede que mañana te esté llamando a la puerta y te diga que te quiere o que simplemente llame otro chico diciendo que te quiere y que desea estar contigo todos los días de tu vida. No vale para nada que llores, Damia. Eres una maravillosa persona y lo sabes. Te bajaría esta Luna para ti sola, porque te la mereces. Vives casi en ella y no me gusta ver a alguien que le rompen en pedazos los sueños. Sabes que me tienes aquí para todo lo que haga falta, ¿vale?
-Eres un cielo, Sherak. Ahora vete a dormir, que ya es tarde. Esta semana, antes de empezar las clases, quedamos y vamos a dar una vuelta, ¿te hace?
-Por supuesto que me hace. Buenas noches guapísima.
-Buenas noches.

Damia volvió a su habitación. Vio como la luz de la habitación de Sherak se apagó y decidió volver a salir al balcón. Se sentó, cogió su libreta y un bolígrafo, dirigió la vista a la Luna llena y comenzó a escribir estas palabras:


"En esta inmensa locura, decido escribir esta carta. Llevo luto en el alma, y muerte en el corazón. Volví en busca de tu alma y lo único que encontré fue la burla de tu sombra. Me has echo tal daño que ni esta gran Luna que tengo delante perdonará tu misericordia. Las noches en vela solo han servido para preparar el principio de este cuento; un cuento triste, con angustioso argumento, y dramático final.
Pero a la vez voy a pedirte las gracias. Gracias por no hacer de este granito una playa entera. Podré curarme facilmente las heridas. Curas que, por desgracia o por suerte, ya tienen otro nombre. No hay nada escrito pero, por el simple echo de estar ahí, ya me cura todos los males. El amor no es el único clavo que puede sacar otro clavo; en el mundo hay muchísimas cosas más que algo parecido a ti. Así que hoy, mirando a la Luna y escribiendo estas líneas, te digo adiós. Tengo que sonreírle a lo que me viene. Tengo que darme una oportunidad a mi misma. Tengo que seguir con el transcurso de mi vida..."

Y, seguidamente, Damia se fue a dormir.

-¡Ring, ring!
-¿Si?
-¡Hola Damia! Soy Sherak. ¿Quieres dar una vuelta?
-¡Por supuesto!

(Dedicado a la persona que últimamente me ha llenado el corazón con solo estar a mi lado y a toda aquella gente que sufre por un desengaño amoroso. Buscad la felicidad en otras cosas que no sean el amor o la felicidad sentimental. Para todos vosotros, estoy aquí. Un beso grande a todos.).

1 New dreams in my mind:

Blogger Aldeana said...

Maka (Damia), Me encantan tus cuentos.
No dejes nunca de escribir, por favor!!!!

11:06 p. m.  

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