El bar del oro

CERRADO POR CESE DEL NEGOCIO.

miércoles, abril 25, 2007

CeSe DeL nEgOcIo...


NOS TRASLADAMOS A:
Ha sido un placer estar con todos vosotros. El Boulevard de Maka y el Bar del oro les agradecen su participación a lo largo de estos casi 3 años. He decidido borrar casi todo, dejando algunos de, los que considero, mejores escritos que han pasado por este lugar.
Gracias, amigos.

miércoles, septiembre 20, 2006

GrAcIaS aL vErAnO 2006...

Por las aperturas…
Por las horas en produ…
Por el Buzz…
Por los Singstar…
Por ese San Juan alternativo en casa la Rak…
Por las cocas del Lluis…
Por aprobar Bachillerato…
Por los días de la Sele…
Por aprobar la Sele…
Por entrar en Historia del Arte…
Por los cumples de Lluis, Helena, David, Rak, Raúl…
Por Santa Locura…
Por las noches del Jueves en Bóveda…
Por la Ovella Negra…
Por las sangrías…
Por los Whisky-RedBull del Javi…
Por el viaje 21-30J con mi madre…
Por volver a ver mi cuadro favorito…
Por conocer por primera vez la ciudad donde nací…
Por las fiestas de Gràcia…
Por las fiestas de Sants…
Por la casa de la tía del David O. …
Por el botón y las miles de cuentas bancarias…
Por la noche del Arena…
Por el abanico…
Por los hielos…
Por el Tong Attack Day part I and II…
Por la cena del 20J…
Por el Nick…
Por mi habitación…
Por la pillada de mi madre…
Por la fiesta en mi casa…
Por el Casón Histórico…
Por la casa del Marcos…
Por el ¡¡QUE APROFITI!!...
Por los brotes…
Por Xifri…
Por el GPS…
Por mi portal…
Por La fuerza del destino…
Por SummerLove…
Por Satellites…
Por Desde el puerto…
Por los regalos…
Por el reencuentro con el pasado…
Por la fiesta de la espuma en el Arena y casi morirme dentro…
Por las Folloneras…
Por los Frikies…
Por los Mosqueperros…
Por mi familia McAdoptiva…
Por mi tete…
Por la lumbalgia y el collarín…
Por Xifri…
Por Barranquilla…
Por decir la frase del verano…
Por Rachel…
Por los sms…
Por la salida al Santa Locura…
Por el ataque arrima-cebolleta…
Por la caja de la LODVG…
Por tener los amigos que tengo…
Por ti…
Por tenerte...
Por el Jippi, el billar y la casa azul…
Por las noches en el Messenger…
Por ser rebelde…
Por el ¡¡GRAAACIAS!!...
Por la camiseta “¿Quieres brotar conmigo? ¡No cambies!”…
Por el Happy Meal de la Pucca…
Por los 44º de Córdoba y Toledo…
Por los cd’s…
Por las dedicatorias…
Por los mecheros…
Por los cisnes hechos con papel…
Por el “Cómprate un trozo de…”…
Por los anuncios de condones y papel higiénico…
Por el mazo cerdo…
Por el Sunsilk…
Por las coreografías en el Arena Classic…
Por los Vero reportajes, bodas bautizos y comuniones…
Por el “¡¡Me pides más!!” con la Davinia…
Por las actuaciones de Norma en cualquier lugar…
Por el “Ubícate”…
Por Pump It…
Por el Dj de Bóveda…
Por las “facetas” bailarinas…
Por ir a Montserrat con mi madre...
Por el viaje a Andorra...
Por Caldea...
Por la Flower by Kenzo...
Por las perfurmerías Gala...
Por toda aquella gente que me ha entendido...
Por la fiesta en casa del Julián...
Por la charla con Julián en el Ars...
Por los bailes con el Berna...
Por llevarme un montón de amigos...
Por las borracheras...
Por las resacas...
Por ser la florita en funciones...

Y por muchas más cosas…Que ahora no me vienen en mente…Este ha sido un resumen del mejor verano de mi vida…Un verano que está a punto de acabar…
Pero el cual me deja millones de buenos recuerdos…momentos…Y cosas por conservar…
¡¡GRACIAS A TODOS!! ¡¡VIVA EL BROTE SUMMER 2006!

P.D: Te quiero.

lunes, abril 17, 2006

Mi CuEnTo De HaDaS...

Desde el infierno de mi dolor, decido escribirte esta carta. Llevo luto en el alma, y muerte en el corazón. He vuelto en busca de tu alma, y lo único con lo que me encontré fue con la burla de tu sombra. Así que solo me queda escribir y expulsar todo el dolor que mi corazón, desfallecido, tiene aún consigo.

Recuerdo perfectamente el día en que nos conocimos. Nuestras miradas se cruzaron como dos flechas sin destino. Tú, de liso cabello negro y ojos verdes, te fijaste en mí, débil criatura aún en edad de crecer. Decidiste venir a mí, a la vez que yo decidí entregarme a ti, Judas de mis sueños. En medio de todo aquel vaivén de gente, te propusiste a entregarme mi primer beso de amor verdadero. Me cogiste por la cintura, como jarrón delicado que no puede caer ni romperse, y juntaste tus labios con los míos para unirnos en uno solo. Nuestras lenguas bailaron a la luz de la Luna, la cual nos regaló brillo en todo su esplendor. Y, sin pensarlo ni un momento, me propusiste el momento por el cual tu persona nunca saldría de mi vida, ni siquiera para irse al olvido.

Cogiste mi mano con fuerza, para que nunca me fuera de allí. Me subiste a tu vehículo, como princesa en cuento de hadas. Me sacaste de aquel lugar para llevarme a mi cuento particular. Pero, dando un vuelco a las grafías de las páginas, paraste en seco en un lugar oscuro y tenebroso del camino. Te pregunté que porqué paraste, y me diste otro beso para calmarme, a la vez que me pediste que te siguiera. Tu mano sudaba y me cogía con mucha fuerza, hasta tal punto que parecía que me arrastraras. Yo me asusté y no seguí caminando, y me chillaste. Me dijiste que íbamos a tu castillo, donde nadie nos molestaría y no pasaríamos frío. Tonta de mí, me fié de ti, amor de mi vida, y seguí tu camino.

En un momento del camino llegamos al castillo de mi cuento, pero no era el que yo había soñado. Era una casa abandonada, sucia y con las ventanas destrozadas. No tenía luz y olía muy mal. Me dirigí a ti, protagonista de mi historia, y te dije que aquel lugar me daba miedo, que nos fuéramos de allí. En ese mismo momento, me abrazaste, me diste un beso, y comenzaste a tocarme. Yo estaba muy incómoda y supliqué que pararas, que me estabas haciendo daño; Pero no lo hiciste, y seguiste haciéndome daño. Yo lloraba y chillaba pidiendo auxilio, como hija de un rey en la ventana de la torre para ser salvada pero, con mirada malévola, dijiste que era inútil, que nadie me iba a oír, y que disfrutara del momento. Mi cuento de hadas se había convertido en una de mis peores pesadillas.

Hubo un momento en que decidí apartarme de ti e intenté huir, pero me pegaste en mi delicada cara, dejándome inmóvil. Inesperadamente, sacaste de algún lugar una cuerda y me ataste a una mesa, cual cárcel no deseo a nadie. De ahí solo recuerdo dolor, tanto físico como anímico. Lloraba desconsoladamente por el príncipe malvado que me había estropeado el cuento que, año tras año, fui preparándome para escribir en un futuro. Ahora, todo aquel cuento se había borrado y reescrito por ti, asesino de mis pensamientos.

Habiendo disfrutado de mi cuerpo virgen durante horas y horas me cogiste, tal y como habías disfrutado de mi, y me volviste a subir al carruaje de la muerte. Me seguías dando besos de puro veneno y me ataste el cinturón. ¿Para qué lo hiciste, después de herirme cuerpo y corazón? Después de otro angustiado momento, decidiste arrancar y volverme a dejar en el sitio donde me habías conocido. Volviste al lugar donde recogiste a tu víctima de amor, y me dejaste allí, yaciente en el suelo, hasta que un nuevo príncipe me viniera a rescatar. Me diste un último beso amargo y te fuiste de allí, cobarde.

Han pasado dos meses desde aquel momento, y aun tengo secuelas. Ni duermo, ni como, ni salgo a la calle. Llevo en la cárcel de mi torreón desde aquel día en que te proclamaste en mi príncipe azul y mi verdugo a la vez. Por eso, desde mi lecho de muerte, he decidido morir. Mi frágil cuerpo y mi alma destrozada no aguantan más el sufrimiento. Mis ojos ya no contienen lágrimas, pues ya se han secado de tanto derramarlas por ti. Mi propio cuerpo no puede sostener el peso de mi pena y anda como alma errante en busca de alivio. He decidido acabar a cuchilladas con mi vida; cada una de ellas va dedicada a cada hora que tu, ser malévolo, me arrebataste de mi cuento de hadas.

Comienzo a ver como la sangre cae por mis sufridos brazos. Pierdo parte de la sensibilidad y de la visión. Por primera vez en mucho tiempo, comienzo a sentirme bien. Me están viniendo a rescatar de mi torre…
Aunque solo me queda decirte una última cosa: No vuelvas a borrar más cuentos. Cada persona tiene su vida escrita en uno de ellos. Por desgracia, mi cuento está escrito por ti. Nunca más vuelvas a borrar otro porque, desde mi cielo, me encargaré que quemen el tuyo, asesino de niñas.

Adiós…
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Que todo el mundo sepa que no es una experiencia propia. No os alteréis; me vino la inspiración y, como todos bien sabéis, yo solo escribo cosas tristes.
Espero que, por lo menos, os guste, jejejejeje.
¡¡Un beso a todos!!

lunes, enero 16, 2006

DaMiA y LaS fLoReS dE cOlOrEs...

Damia tenía un jardín. Era el único entretenimiento que tenía de pequeña, ya que la economía en casa era algo baja y no le podían comprar muchos juguetes; los que tenía comenzaron a hacerse infantiles y viejos, y Damia ya no los podía aprovechar. Su abuela, que siempre quiso el bien para Damia, le hacía muñecas de trapo y casitas en cajas de cartón; creaban nuevos juegos de mesa y le enseñaba tareas de la casa para cuando Damia se hiciera mayor. Una de ellas era la de mantener un jardín y, por ese motivo, su abuela le sembró en un trozo del jardín todos los tipos de flores que pudieran existir. Lo valló y escribió en él "El Jardín de Damia", para que todo el mundo supiera que era suyo, de su responsabilidad. Damia era muy feliz con aquel jardín.

Llegó el verano y Damia se levantó para ver su espléndido jardín. Todas las flores jugaban y se divertían. La flor celeste se divertía en el columpio que las flores rosa y roja hicieron con sus hojas; la flor verde jugaba al escondite con la flor amarilla; mientras que las flores lila, negra y blanca se entretenían echando una partida de cartas. Todas ellas reían, jugaban y se divertían al son del viento rozando por sus delicados pétalos. Allí no existían las preocupaciones, ni el dolor, ni la tristeza ni la melancolía. Solo era un simple jardín en una humilde casa.
Pero una extraña mañana de Agosto las cosas comenzaron a cambiar. Todas las flores se encontraron con el nacimiento de varias flores a su alrededor. Comenzaron a brotar de sus pequeñas moradas sin avisar. Primero salió la flor naranja, que decidió ir corriendo hacia la flor amarilla y fundirse en un gran abrazo; seguidamente surgió la flor fucsia, que brotó con fuerza y colocarse justo al lado de la flor rosa para hacerse su amiga. La flor granate fue más osada y arrancó a la roja y huyeron de aquel lugar. La flor morada, algo tímida, miró a su alrededor hasta percatarse de la belleza de la flor lila, con la cual tuvo que pelear para conseguirla. Finalmente, brotó la flor gris, quién cogió a la flor negra y comenzaron a pasear con sus hojas entrelazadas entre sí. Todas eran felices, pero algo les corroía por dentro y decidieron echar la vista atrás. ¿Con quién estaba la flor blanca?
Con nadie. La flor blanca estaba sentada encima de una piedra, con la cara triste y las manos pegadas a ella para sujetarla. No pudo entender dónde se quedó su flor. Todas las demás flores, una por una, le decían que si quería unirse a ellas, pero la flor blanca no quería estorbar. A ninguna de ellas le dijo que si y siguió sentada en la piedra, esperando a que de aquellas semillas volvieran a nacer nuevas flores para que la acompañaran y jugaran con ella.
Después de dos veranos, la flor blanca sigue sola en el jardín. Volvieron a nacer nuevas flores, pero ninguna blanca o semejante a ella para no sentirse sola. Se sentía sola; feliz por sus compañeras, pero sola. Nunca comprendió el porqué no tuvo nunca una compañera para compartir, vivir y seguir su vida como todas las demás flores.
(Dedicado a todos aquellos amigos míos que han encontrado pareja en estas pocas semanas. El amor es lo más bonito en el mundo y hay que saber tratarlo.
Dedicado también a todas aquellas flores blancas que desean no estar solas nunca más. El amor aparecerá cuando menos lo esperéis. Os lo prometo...).

lunes, noviembre 07, 2005

DaMiA y La HaBiTaCiÓn De ShErAk (CaP. 2)...

-¡¡Damia, DESPIERTA!! Son las 7:30 PM, llegarás tarde a la fiesta.
-(Vaya...menos mal....todo fue un sueño...) Ah, gracias Tarky. No llega a ser por ti y me quedo aquí toda la noche, jejejeje.
-Como se nota que no tienes ganas de ir...¡Ah! Ha venido Rotemi.
-¡¡¿¿QUE HA VENIDO ROTEMI??!! (Dios mio, que no sea eso por favor...).
-Si, pero como estabas durmiendo no te he querido despertar. Llevaba una cara muy triste, como si tuviera muchas ganas de llorar. Al decirle que no estabas, ha dejado un paquete al lado de la puerta. Parece un regalo, ¡que ilusión! ¡Ábrelo Damia, Ábrelo!
-No lo voy a abrir porque me hago a la idea de lo que puede ser (Cómo ha podido hacerlo...). Me voy a vestir y seguro que el contenido de ese paquete irá conmigo al salir (Que detalle...). ¡Hasta ahora!
-Jolines, Damia, siempre dejando con la intriga...
Damia fue corriendo hacia el paquete, aunque éste era algo más grande que el del sueño, pero no le prestó gran importancia al detalle. Ella solo quería el recogepelo y ponérselo para la fiesta. Lo que nunca imaginó Damia fue que dentro de aquella caja no habría nunca un recogepelo, sino una libreta de ejercicios de Gramática. Damia, desconcertada, miró de quién podría ser, con la sorpresa de que su propietario era Sherak. ¿Cómo pudo llegar a Rotemi una libreta de Sherak, si no se conocen de nada?
Desde un buen principio, Damia supo que no iba a salir nada bueno de aquella libreta pero, al hacérsela llegar Rotemi, se sintió algo más aliviada y protegida. Armándose de valor, Damia decidió abrir la libreta. Las primeras páginas contenían, como no, ejercicios de Gramática; lo más interesante se encontraba en las últimas páginas. Eran poesías de amor, corazones dibujados, prosas, ect...dirigidas a una tal Imu. Damia no puedo evitar las lágrimas delante de Tarky porque no creía lo que sus ojos veían en aquel momento. Damia se sintió sucia, utilizada, triste,... no existen las palabras para expresar ese sentimiento. Pensó que todo aquello era otro sueño y deseo despertarse, pero aquello era la pura y triste realidad. Al final de la caja había una nota, la cual decía:
"Sé que esto romperá tu débil corazón y que tus dulces ojos de miel estarán llorando por lo que acaban de ver, pero ojalá pudiera hacer algo para aliviar el dolor que yo, siervo de tus sentimientos, te acabo de regalar. Llevaba semanas con esta libreta en mi poder, pero te quiero tanto que no te podía ver sufrir y, menos, por él. Solo puedo ayudarte a suplir este dolor regalándote mi corazón. Damia...te quiero. Si algún día necesitas algo, cualquier cosa, ven a mi habitacíon. Es la 24-2B. No te serán devueltas las lágrimas, pero puedo hacer que no vuelvan a caer más. Te esperaré. Rotemi."
-Damia, ¿Se puede saber dónde vas? ¡¡¡DAMIA!!!
-Voy a hacer lo que tenía que haber echo hace muchísimo tiempo.
Y así lo hizo. Damia abrió la puerta, comenzó a correr, llegó a la habitación de Sherak y llamó varias veces hasta que el mismo Sherak le abrió la puerta. Con una sonrisa, estaba dispuesto a recoger a Damia con un gran abrazo hasta que ella, sin más, le arreó un buen bofetón en toda la cara.
-No quiero volverte a ver. Tú ya sabes bien porqué te la has llevado. Ya no me valen las excusas, las mentiras ni las hipocridades y falsedades de tus palabras. Te lo dí todo y así me lo has devuelto. No quiero que esta puerta me sea abierta una vez más, pues no la voy a querer abrir. Hasta nunca, Sherak.
A Sherak no le supo nada mal las palabras de Damia y decidió continuar con la fiesta. Todo el mundo se fue de ella. Orev, que se encontraba por allí, le arreó otro bofetón. "A mi amiga ni tocarla", le dijo. Solo se quedó Imu, la cual se quedó algo "trastocada" por la situación, pero decidió apoyar a Sherak.
-¡Toc, toc!
-¿Si?
-...Ro...¿Rotemi?
-¡Damia! Adelante, la puerta está abierta...
(Así es como acaba otro de los capítulos de Damia. Éste no era en realidad la trama del capítulo, pero la vida da vueltas inesperadas.
Éste capítulo va dedicado a todas aquellas personas que han estado conmigo en estos días donde he necesitado de mis amigos más que en toda mi vida. Ellos mismos saben quienes son, así que no iré nombrándolos uno a uno. Sois lo mejor que tengo. Algunos me avisteis; otros me apoyasteis, pero habéis estado todos. Gracias. Os quiero.
Dedicado a ti también. Te quiero.).

lunes, octubre 17, 2005

DaMiA y La HaBiTaCiÓn De ShErAk (CaP.1)...

-Damia, ¿Cómo se llama este chico nuevo de nuestra clase? Rotemi, ya…Pues todo el mundo comenta que tiene una pinta de estar coladito por ti… ¿Porqué no le invitas esta tarde al concierto? Seguro que acepta.
-Tarky, no me gusta este chico. Al principio me atraía un poco, pero es que ahora ya no. Me sabe muy mal porque es un chico maravilloso y me trata estupendamente, pero ahora yo no estoy para estas cosas…
-Ostras, hablando de conciertos… ¿Tú no tienes la fiesta de Sherak hoy? Me han dicho que va a ser espectacular.
-Si, pero cada vez tengo menos ganas de ir, Tarky.
-¿Y eso porqué, Damia?
-Porque a la fiesta van a ir todos sus amigos y amigas del pueblo. El otro día me presentó a uno de ellos que vino de sorpresa a conocer la Residencia, y como que no se le vio muy contento con el resultado. Me dijo que si lo volvía a ver que no le hablara tanto ni, aún menos, quedara con el. Luego están sus amigas, que me miran mal o no me pueden ver con el. El otro día pasó una y Sherak casi se muere del susto. Menos mal que la chica no nos vio, si no la que se arma allí es poca. ¿Para que ir a una fiesta en la cual no puedo hablar con nadie? Para quedarme sentada en una silla, prefiero no ir y estar haciendo cosas en mi habitación.
-También tienes razón; debe de ser algo horrible ir y que todo el mundo te quiera hablar y no te dejen hacerlo…Bueno, si no sabes que hacer, nosotras estaremos en la Plaza Ronaldo viendo el concierto. Llámame si ocurre algo, aunque sea lo más mínimo. ¿Vale, Damia?
-Tranquila Tarky. Estaré bien, no te preocupes.

En realidad, Damia estaba de lo más preocupada por su relación con Sherak. Llevaban días quedando pero, a medida que pasaban los días, más lejos se encontraba de él, cuando tendría que ser lo contrario. No se sentía nada bien con todo lo que estaba haciendo con él. Sus planes, sus vidas, todo. Lo malo de toda la historia es que Sherak nunca le dejaba claras las cosas a Damia y ésta ya no sabía que pensar sobre los sentimientos de Sherak hacia ella. Aún así, Damia no quiso darle mucha importancia y decidió dejar el tema en un segundo plano.

Llegó la noche y Damia se comenzó a arreglar para la fiesta en la habitación de Sherak. En ese momento, alguien golpeó la puerta. Damia, expectante, abrió. Nunca creío que Rotemi (El chico nuevo) picaría a su puerta con lágrimas en los ojos y un pequeño paquete envuelto con un gran lazo en sus manos.
-Dios, Rotemi, ¿porqué lloras? ¿Te han hecho algo, molestado…?
-No Damia, no es nada de eso. Solo quería decirte que llevo toda la tarde llorando. Desde el momento que me han dicho que vas a la fiesta de ese tal Sherak, he sucumbido en la tristeza. No puedo verte con otro chico, Damia. Si te veo besando otros labios, me muero. Te quiero, Damia. Desde el mismo momento en que entré en clase y te vi, no te he podido olvidar. Puede que si que me hayan echo algo; el que me haya enamorado de ti; de tu pelo, de tus ojos, de ti.
Ahora, cerraré la puerta y haré que todo esto no ha pasado. Te dejaré un presente al cual siempre le he tenido un cariño especial. Espero que te lo vea puesto algún día en clase. Y, si algún día, tienes algún problema, duda o necesitas consuelo, mi habitación es la 24-2B. La tienes abierta para cualquier cosa. Solo tienes que llamar y decir que eres tú. Será como tu guarida. Hasta mañana, Damia. Pásalo bien en la fiesta.

Y Rotemi, como dijo, cerró la puerta y comenzó a correr sin que a Damia le diera tiempo ha decir algo más para poder consolarlo. Solo le dio tiempo a mirar al suelo y ver que Rotemi había dejado allí el paquete. Damia lo abrió. Era un recogepelo con una orquídea, su flor favorita. Damia, desconcertada, comenzó a llorar. Le supo muy mal todas aquellas palabras que Rotemi le había dicho, porque no se las merecía. Eran palabras que provenían del corazón y Damia no sabía donde colocarlas. No sabía que sentir y, mucho menos, que responderle. Eran las palabras más hermosas que habían entrado por sus oídos. Se encontraba en un momento de desconcierto y melancolía. ¿Era Rotemi lo que Damia estaba buscando?
Sin saber aún como, Damia siguió arreglándose. En el momento en que peinaba su larga melena, decidió colocarse el recogepelo que Rotemi le había regalado. Se lo puso al lado de la oreja y le quedó que ni pintado. Le gustó mucho aquel detalle que Rotemi había tenido con ella, a más de encantarle el recogepelo. Pero Damia tenía otra cita a la que asistir y, por desgracia o por suerte, tenía que llegar como fuese a la habitación de Sherak.
Anduvo por los pasillos de la Residencia y Damia sentía como todo el mundo la miraba asombrados. Nunca habían visto a Damia tan guapa y bella como aquella noche. Pero Damia no se entretuvo y siguió recto hacia la puerta de Sherak. Llamó a la puerta, pero nadie le abría. Rellamó, pero sin éxito. En ese momento algo la cogió por la cintura. Era Sherak, el cual le dio un beso en la mejilla.
(Siento no haber escrito el capítulo entero. En este momento, no sé como quiero que acabe la historia. Por eso lo dejo en el aire, o más bien diría que alguien dejó las cosas por el aire...
Un beso a todos.).

martes, agosto 30, 2005

DaMiA y La LuNa De VeRaNo...

Ya faltaba poco para que comenzara el nuevo curso. Damia, triste, tuvo que abandonar sus pequeñas vacaciones en su humilde pueblo y volver a la vida normal en la Residencia. En su estancia en el pueblo Damia habló de todas las maravillosas historias que le sucedieron en la Residencia a su hermano. Lo notó algo cambiado, pero Damia supuso que la distancia lo había cambiado un poco todo. Charlos quedó entusiasmado con todo lo que le explicaba Damia. Siempre deseó poder ir a estudiar a la ciudad y conocer gente, pero los hombres no estudian y se quedan en el pueblo para defenderlo y cuidarlo.
Volviendo al transcurso de la historia, Damia volvió a la Residencia y con lo primero que se encontró fue con su amiga Tarky. Se dieron un fuerte abrazo y, Damia, toda expectante, le preguntó donde estaba su chico de ojos verdes. Tarky se quedó muy parada y solo supo decirle estas palabras:
-Damia, tu chico de ojos verdes ha conocido a otra chica. Se ha enamorado de ella y solo está pendiente de ella. A veces le preguntaba por ti, si te escribia o algo, pero solo decía que eras una chica muy especial. Lo siento, Damia...
-No pasa nada, Tarky...Lo supuse desde el día en que me fui al pueblo. Ya no me miraba con los mismos ojos. Su verde esperanzador se había convertido en el negro de la penuria. Pero tranquila Tarky; sabes que no es ni la primera ni la última que me va a suceder...Solo que esta vez era algo muy bonito...Voy hacía la habitación, a ver si veo a las demás.
Cuando llegó a la habitación estaban todas sus amigas. Le contaron a Damia todas las historias que les había sucedido aquellas semanas. Damia quedó perpleja al ver que podían suceder tantas cosas en tan poco tiempo...Pero ella seguía pensando en su chico de ojos verdes y el porqué de tal abandono...
Al apagarse las luces de la Residencia, Damia decidió asomarse al balcón. Alzó la mirada hacia la Luna y, sin pensarlo dos veces, decidió echarse a llorar.
No lograba encontrar explicación a todo aquel sufrimiento. No lograba entender porque todo el mundo era feliz con su vida menos ella. En ese mismo momento, oyó un grito que provenía de la puerta de la residencia:
-¡Ei! ¿Porqué lloras? ¿Quieres bajar y me lo cuentas? Hace tiempo que no nos veíamos, Damia.
Era un chico que Damia conoció en unas actividades extraescolares. Se llamaba Sherak y también vino de un pueblo cercano al de Damia. Hablaba la misma lengua y conectaron perfectamente. En algunas ocasiones, quedaban para ir a dar una vuelta y hablar de sus cosas.
Siguiendo con la historia, Damia bajó para encontrarse con Sherak. Le comenzó a explicar su historia con el chico de los ojos verdes y de su estado de ánimo a causa del tema. Lo único que hizo Sherak fue abrazarla y decirle:
-No te preocupes, Damia. En esta vida nunca se sabe lo que puede pasar. Puede que mañana te esté llamando a la puerta y te diga que te quiere o que simplemente llame otro chico diciendo que te quiere y que desea estar contigo todos los días de tu vida. No vale para nada que llores, Damia. Eres una maravillosa persona y lo sabes. Te bajaría esta Luna para ti sola, porque te la mereces. Vives casi en ella y no me gusta ver a alguien que le rompen en pedazos los sueños. Sabes que me tienes aquí para todo lo que haga falta, ¿vale?
-Eres un cielo, Sherak. Ahora vete a dormir, que ya es tarde. Esta semana, antes de empezar las clases, quedamos y vamos a dar una vuelta, ¿te hace?
-Por supuesto que me hace. Buenas noches guapísima.
-Buenas noches.

Damia volvió a su habitación. Vio como la luz de la habitación de Sherak se apagó y decidió volver a salir al balcón. Se sentó, cogió su libreta y un bolígrafo, dirigió la vista a la Luna llena y comenzó a escribir estas palabras:


"En esta inmensa locura, decido escribir esta carta. Llevo luto en el alma, y muerte en el corazón. Volví en busca de tu alma y lo único que encontré fue la burla de tu sombra. Me has echo tal daño que ni esta gran Luna que tengo delante perdonará tu misericordia. Las noches en vela solo han servido para preparar el principio de este cuento; un cuento triste, con angustioso argumento, y dramático final.
Pero a la vez voy a pedirte las gracias. Gracias por no hacer de este granito una playa entera. Podré curarme facilmente las heridas. Curas que, por desgracia o por suerte, ya tienen otro nombre. No hay nada escrito pero, por el simple echo de estar ahí, ya me cura todos los males. El amor no es el único clavo que puede sacar otro clavo; en el mundo hay muchísimas cosas más que algo parecido a ti. Así que hoy, mirando a la Luna y escribiendo estas líneas, te digo adiós. Tengo que sonreírle a lo que me viene. Tengo que darme una oportunidad a mi misma. Tengo que seguir con el transcurso de mi vida..."

Y, seguidamente, Damia se fue a dormir.

-¡Ring, ring!
-¿Si?
-¡Hola Damia! Soy Sherak. ¿Quieres dar una vuelta?
-¡Por supuesto!

(Dedicado a la persona que últimamente me ha llenado el corazón con solo estar a mi lado y a toda aquella gente que sufre por un desengaño amoroso. Buscad la felicidad en otras cosas que no sean el amor o la felicidad sentimental. Para todos vosotros, estoy aquí. Un beso grande a todos.).